5 de diciembre de 2007

EL PLAN PARA MATARNOS A TODOS


Estados Unidos: El plan para matarnos a todos, por John Kaminski
John Kaminski*


Si siguen aumentando las atrocidades de los criminales con dinero. El trágico coma norteamericano se intensifica.


Yo recuerdo un juego de la niñez con un imán bajo la superficie de un tablero, deslizando aserrín metálico para lograr cualquier forma que usted deseara. Era divertido crear caras, y recuerdo que era fácil dibujar al diablo, con su bigote delgado, una barbilla de chivo y cuernos puntiagudos en la frente.
Y recuerdo las discusiones con mi padre a fines de los años 60, insistiendo que el dinero no era la cosa más importante en la vida, y si lo eran la calidez, el amor y la compasión, y que él discrepara vehementemente conmigo, agitando la cabeza pensando cuan tonto yo llegaría a ser - un desorientado e idealista hippie.


Ahora, ambos recuerdos se mezclan y vienen a mí cuando contemplo el sofocante estrangulamiento que los medios de comunicación infligen a la población norteamericana, dónde tantas personas, moralmente encarceladas por su necesidad neurótica de encajar las cosas a toda costa, creen que nada es real a menos que ellos lo vean en la televisión.
Y hago recuerdos de las décadas de noticiarios de televisión que muestran crónicas de las malvadas divisiones Panzer de Hitler destruyendo Francia y torturando a sus capturados ciudadanos, o de campos de violación japoneses que las valientes tropas aliadas combatieron para liberar y desmantelar. Aquellos de mi generación crecieron con esta propaganda legendaria y nos hicieron sentir que los norteamericanos eran buenos muchachos, y nosotros éramos norteamericanos, siempre luchando en el lado de la libertad y la justicia.


Tengo un pariente distante que gasta mucho de su tiempo mirando estos documentales en blanco y negro de movimientos de tropas en la Segunda Guerra Mundial, y saborea el rol de los británicos, salvando al mundo para la democracia. Cada vez que le visito, debo siempre guardarme el impulso de decirle que desearía que él pudiera obtener el canal de Al-Jazeerah en su televisor para que pudiera ver las tropas americanas de hoy que “liquidan” a los combatientes por la libertad de Irak que se encuentran heridos o que mutilan sexualmente a desgraciados cautivos dentro de la prisión de Abu Ghraib mientras dicen que están combatiendo el terrorismo.


Usted podría pensar - como ser humano pensante y sensible que cree que somos honestos con nosotros mismos - que la televisión norteamericana le diría lo que realmente pasa. Quiero decir, vivimos en un mundo real, pagamos cuentas reales, tenemos - con suerte - personas reales que nos aman. Y nos gustaría pensar que la forma en que percibimos el mundo real era exacto, que teníamos toda la información que nosotros necesitábamos para elaborar nuestros juicios sobre lo que es correcto y lo que está equivocado.


De hecho, la mayoría de los norteamericanos piensa que es así. Desgraciadamente para usted, para mí, y para el mundo, ellos están muy equivocados. Dolorosamente errados.
Los perversos alcahuetes que determinan el contenido de lo que está en la televisión tienen un doble estándar muy malvado. Ellos están absolutamente deseosos de publicar los horrores de aquellos a quienes consideran al enemigo, pero se niegan completamente a aplicar estas normas de periodismo a sus aliados, aquellos que son considerados sus amigos. Por consiguiente, ellos no tienen integridad. Y como resultado, nosotros tampoco la tenemos.
Y también como resultado, Norteamérica se ha convertido en una nación de psicópatas asesinos, alentados por un populacho comatoso que avala estos crímenes por su sádica falta de atención sobre ellos.
Mis reflexiones sobre esta materia derivan de una simple contemplación de la actuación de los medios de comunicación norteamericanos de hoy en día. La mayoría de los norteamericanos piensa que saben lo qué está pasando con simplemente mirar las noticias de la tarde, o leyendo un periódico local. Algunas de las gentes del pueblo piensan que reciben perspectivas reales de la televisión pública o escuchando la radio Pública Nacional - quizá incluso leen un libro de Howard Zinn de vez en cuando - e interiormente se felicitan ellos mismos en su perspicacia del cacumen noticioso.
De hecho, el volumen de los crímenes de guerra norteamericanos y otras atrocidades que pasan desapercibidos por los medios de comunicación norteamericanos ha alcanzado proporciones inauditas. Y aún más, con cada nueva mentira de nuestros líderes encubriendo nuevas atrocidades perpetradas por el ejército norteamericano, las personas norteamericanas son dirigidos cada vez más profundo en un auto inflingido estado de coma - principalmente porque nuestros medios de comunicación no reconocen estos eventos como reales, creando una situación en las mentes de las personas norteamericanas que si ellas no son mostradas en televisión, entonces realmente no deben ser verdad.
Esto es donde la evolución nos ha llevado - a un engaño por lavado de cerebro.
Y como tantas personas ahora ya comprenden, ésta es una fórmula segura para el desastre, muy posiblemente para el fin del mundo. Porque cuando usted se miente a sí mismo, pierde su oportunidad de encontrar alguna vez la verdad.
Piense sobre lo que no ha sido mostrado en la televisión, pero que usted sabe que es real por lo que ha leído de la investigaciones de fuentes de noticias alternativas en Internet. El fraude eleccionario es ahora mismo el tema caliente. No hay ninguna duda que una red nacional de lacayos Republicanos bien-pagados falseó el proceso de la votación en varios estados. Ellos hicieron tan difícil como fue posible para impedir la votación de personas negras, las papeletas de voto fueron saboteadas en comarcas probablemente Democráticos, y la toma de control del proceso de votación electrónico para cambiar digitalmente los resultados de manera tal completamente imposible de encontrar.
Y la peor parte de todo esto, pienso, fue que el candidato de la oposición mayor estaba en la componenda, porque no se preocupó en absoluto de cuidar si los votos eran recontados o no, y también presentaba en esencia, la misma plataforma como la adoptada por el presidente que ha sido en forma absoluta el más peligroso e irresponsable en la historia del país.
Así, ¿Cuán interesado está usted? ¿Y cuánto apuesta para ver? Si usted escoge no ver, la multa será su vida. Pero quizá incluso eso no es suficiente para motivar a una mayoría de socialmente lobotomizados androides norteamericanos.
Todo esto no pasa en una noche. De hecho, algunos podrían defender convincentemente que este tipo de manipulación mental masivo siempre ha sido así.
Pero limitando nuestra evidencia simplemente a los recientes eventos, desde el asesinato del primer Kennedy, los poderes sabían que podían escaparse limpiamente con cualquier cosa si los medios de comunicación hilaran de tal forma que plantear cuestionamientos a la versión oficial del evento fuese considerado como antipatriótico o una cosa fuera de lugar. Así, desde aquéllas cadenas de asesinatos en los años sesenta, las atrocidades han llegado a ser progresivamente mucho peores (no haremos nuevamente un recuento de la lista), y la reclusión del público en las confiables pero falsas tramas de los medios de comunicación se ha vuelto progresivamente más extendido.
Hasta el punto que ahora tenemos el obsceno exterminio de poblaciones enteras que se lleva a cabo en Irak, Afganistán, Haití y Colombia, y tenemos a la mayoría de los norteamericanos voluntariamente inconscientes totales de todo esto, yendo alegremente con su Navidad, comprando en tiendas y surfeando pornografía en Internet. A pesar de los esfuerzos conjuntos desesperados de organizadores de charlas radiales y de los antiguos activistas por la paz, el coma perceptivo que envuelve al pueblo norteamericano nunca ha sido más penetrante. Ni más peligroso para toda la vida en este planeta.
Y con todo el debido respeto por ustedes ciberciudadanos que recorren la web mundial en búsqueda de noticias imparciales que saben que no puede conseguir en la televisión o en las máquinas de propaganda bélica como el New York Times, humildemente someto a consideración que incluso usted no comprende la depravada demencia que se está inflingiendo sobre nosotros mediante un proceso tan entrelazado psicológicamente con lo que percibimos es nuestro mejor interés que ni tan siquiera nosotros podemos rastrear profundamente los eventos que nos llevaron hasta este triste punto en la evolución de nuestra autodestrucción, sin necesitar algún empujón rejuvenecedor de Elavil, wowie de Maui, Salvia divinorum, o por lo menos un Jack Daniel.
Seguro, usted conoce el material básico: que el gobierno norteamericano es responsable de sep/11 porque le entregó una licencia al complejo militar/industrial para invadir el mundo entero, o que la guerra en Irak está basada en mentiras y como resultado es tan malvada como las acciones de cualquiera de los muchos demoníacos tiranos a lo largo de la historia mundial. ¡Y ésta es su Norteamérica sobre la cual estoy hablando!
¿A quien le importa? ¿Qué dice la televisión?
¡El peor, el más grande de los asesinos en la historia, sin obstrucción ninguna, y usted tranquilo, en su corazón, no lo admitirá! Los soldados norteamericanos fueron enviados por sus superiores a matar a todos en Fallujah, no importa cuan joven o viejo sea, pero usted no vio eso en la televisión, por lo tanto no lo cree.
La sangre que se escurre por la arena no es su problema, piensa usted. Ellos lo merecen por lo que hicieron en Nueva York, todavía es una línea común que se escucha entre la gran manada inculta que posa como la culta Norteamérica.
OK, suficiente de aquello que la mayoría llama la política. Porque ése es justo el material superficial. Ahora quiero hablar sobre las cuestiones realmente malvadas, porque si usted no las entiende, simplemente no entenderá cuán peligrosa es la situación en la que estamos todos.
Lo cual me lleva a una de mis citas favoritas de todos los tiempos, es una de Ralph J. Gleason. “¡No importa cuán paranoico sea usted, lo que ellos están haciendo es realmente mucho peor de lo que usted posiblemente pudiese imaginar!
Tres recientes historias - todas ellas fueron escritas por mujeres y ninguna de ellas verá la luz, alguna vez, en los principales medios de comunicación - llamaron mi atención acerca de la profundidad de la depravación que hemos creado para nosotros mismos en esta rápida desintegración de nuestro mundo. (Y no mencionaré al profesor de Nueva Zelanda que hoy dijo que basado en lo que está sucediendo hoy en día la especie humana podría estar extinta en un lapso tan pequeño como 100 años más.)
Recientemente, Mary Sparrowdancer me envió la segunda parte de su trascendente trabajo, “La Batalla de la Oscuridad y la Luz” que trata las implicaciones del fluor en nuestro propio cuerpo
www.rense.com/general45/bll.htm .
El nuevo trabajo se titula “Base de datos del Fluor entregado por USDA (Departamento de Agricultura de EEUU)”, se puede ubicar en:
http://www.rense.com/general60/nationalflouridedatabase.htm
Ella escribe:
Ahora, con los norteamericanos completamente empapados con fluor debido a un experimento médico de sesenta años que nunca ha producido los resultados prometidos - ahora, con la mayoría de la nación que padece trastornos gastrointestinales, trastornos del animo y del sueño, extraños dolores y molestias, hipertensión, problemas en la densidad de sus huesos, cáncer, problemas del corazón, trastornos hepáticos, disfunciones renales, problemas dentales, mal funcionamiento de la tiroides y obesidad, se está prestando ahora, finalmente, atención a los efectos acumulativos de la fluorización del suministro de agua.
Usted lo sabe, esto es mucho más que una noticia sobre salud difícil de comprender. El asunto del fluor que repercute a lo largo de la cadena alimenticia, está realmente atrofiando el proceso de evolución, embotando las mentes de billones de personas y privándoles de sus justas esperanzas de tener mentes inteligentes, evolucionadas, que les guíen a un nuevo mundo en un futuro luminoso y esperanzador, todos sacrificados por un plan de malvados hombres ricos que usan un producto de desecho nuclear y obtienen depravadas ganancias profitando de sus diabólicos pactos.
Quizá los Estados Unidos no ganaron la Segunda Guerra Mundial. Quizá, con el despliegue del fluor y de substancias radiactivas en nuestro aire y cadena alimenticia, los perdedores de esa guerra hicieron un intento de risa diabólica con dos substancias del tipo día del juicio final que garantizan más un futuro de esclavitud y enfermedades que una luminosa esperanza de una sociedad justa y feliz.
Y esa segunda sustancia venenosa que he mencionado, la radioactividad, es el centro de una segunda noticia reciente, como un cuadro yermo, tal como podemos confrontarlo en nuestro moderno mundo, pero uno que es esencial para nosotros el saber si vamos a sobrevivir como especie.
Titulado “Uranio empobrecido: Bombas sucias, misiles sucios, balas sucias - Una sentencia de muerte aquí y en el extranjero”
http://www.sfbayview.com/081804/Depleteduranium081804.shtml Es el último en una serie de investigaciones sobre el asunto por Leuren Moret, una ex científico de Lawrence Livermore Lab. quien trabaja ahoracon un grupo de científicos independientes llamado Radiation and Public Health Project (Proyecto de Radiación y Salud Pública). En conjunto este grupo ha escrito diez libros sobre los efectos en la salud de dosis bajas de radiación.
No puede haber otra conclusión por parte del público norteamericano que las municiones de uranio empobrecido fueron diseñadas para matar no sólo grandes números de habitantes de las naciones que EE.UU. ha decidido conquistar, sino también para matar a nuestros propios soldados y nuestro gobierno que profesa valorar a sus militares, hombres y mujeres, sabe que esto les mata.
Moret escribe:
¿Y qué pasa con nuestros soldados? Terry Jemison del Departamento de Asuntos de los Veteranos de guerra informó esta semana a American Free Press que los “veteranos de la era de la guerra del Golfo”, que están coninvalidez médica desde 1991, suman ahora: 518,739 personas, con sólo 7,035 heridos en Irak en ese mismo período de 14 años.
Esta semana American Free Press dejó caer una “bomba sucia” en el Pentágono informando que ocho de cada 20 hombres que sirvieron en alguna unidad en la ofensiva del ejército norteamericano en Irak en el 2003, presentan enfermedades malignas. Eso significa que el 40 por ciento de los soldados en esa unidad, han desarrollado enfermedades malignas en sólo 16 meses.
Éste es un asombroso crimen de guerra que esta siendo dirigido contra nuestros propios soldados y ni tan siquiera una pizca sobre esto es tocado por Dan Rather o del New York Times. Es suficiente para que usted se sienta enfermo. Por favor lea la historia completa en el link escrito más arriba.
Además de asesinar a centenares de miles de inocentes residentes de países extranjeros por razones que todos sabemos son mentiras, el gobierno norteamericano está deliberadamente asesinando a sus propios soldados, aquellos a los cuales profesa amar.
Dije tres historias, ¿No fue así?. Usted sabría, si no ha cerrado firmemente la puerta del baño para vomitar su almuerzo, que yo, he dejado la peor como la última. Es una vieja historia, “Fumigación y Armas Electromagnéticas en la Era de la Guerra Nuclear”, escrita en junio por la periodista en Salud del Idaho Observer, Amy Worthington, quien ha estado monitoreando los chemtrail (fumigaciones) durante mucho tiempo
www.globalresearch.ca/articles/WOR406A.html
Ésta es una historia que definitivamente lo asustará .
En la cruzada para seguir siendo el líder en la cadena de muerte, los proveedores de la guerra perpetua han reducido deliberadamente la luz del sol que da vida a la tierra y reducido la visibilidad atmosférica con partículas y polímeros que obstruyen los pulmones. Este terrorismo ecológico ha comprometido seriamente la salud pública según miles de testimonios. Años de masivas apelaciones a los legisladores, medios de comunicación y funcionarios militares por información y por el cese de la catastrófica degeneración atmosférica, han caído en sordas orejas burocráticas. El conocimiento público de lo que deviene permanece tan tenebroso como nuestros cielos porque aquellos “con conocimientos” está amordazados por las leyes de Secreto Nacional y los norteamericanos no tiene la autoridad para impugnar materias de seguridad nacional.
Worthington escribe sobre la Operation Cloverleaf (Operación Hoja de Trébol), un programa militar ultra-secreto que involucra modificación del clima, comunicaciones militares, desarrollo de armas espaciales, investigación sobre el ozono y el recalentamiento global además de armas biológicas y sistemas de detección.
Ella explica:
La descarga de toneladas de material particulado desde aviones, han geo-diseñado nuestra atmósfera planetaria en un altamente cargado , plasma electro conductor útil para los proyectos militares. El aire que nosotros respiramos está cargado con fibras sintéticas tan pequeñas como el asbesto y metales tóxicos, incluyendo sales de bario, aluminio y según informes recibidos, thorium radiactivo. Estos materiales actúan como electrolitos para mejorar la conductibilidad del radar militar y las ondas radiofónicas..Veneno equivalente al arsénico y un probado supresor del sistema inmunológico humano, el bario atmosférico, debilita los músculos humanos, incluyendo aquellos del corazón. El aluminio inhalado va directamente al cerebro y los especialistas médicos confirman que causa stress oxidativo en el tejido cerebral, predisponiendo a la formación de Alzheimer como enredos neurofibrilosos. El radioactivo thorium es conocido por causar leucemia y otros tipos de cáncer.
Hay aún más. Microondas de alta frecuencia, ondas de baja frecuencia (ELF) pulsadas a frecuencias conocidas por afectar el funcionamiento biológico y mental del ser humano y combinaciones de virus, bacterias, hongos, micoplasmas, disecadas células de sangre y exóticos marcadores biológicos para que las respuestas de las plantas, humanos y animales puedan ser observados.
Así, aquí tenemos solo tres asuntos relativamente poco conocidos entre muchos otros que probados de ser peligrosas amenazas para la vida, son diseminados por todo el mundo por dementes corporativos en Washington.
Worthington escribe:
Somos testigos continuamente de extrañas ocurrencias meteorológicas cuando con poderosos dispositivos electromagnéticos se manipula la estela de los aviones a reacción y específicos frentes de tormenta para crear climas artificiales y condiciones climáticas. Los proyectos de operaciones secretas (negras) incorporadas dentro de las misiones de fumigación se han documentado de enfermar y desorientar las poblaciones seleccionadas con los agentes de pruebas biológicas y las tecnologías de control psicotrónico de la mente y de los estados de ánimo.
¡En el nombre de Dios!, esto es lo que deberíamos estar enseñándoles a nuestros niños en las escuelas, porque éstas son las amenazas más profundas a nuestra supervivencia. Pero acerca del fluor, del uranio empobrecido y de los chemtrails, no oímos ni tan siquiera una pizca en los principales medios de comunicación o en nuestros planes de estudios de la universidad. En lugar de la psicosis política norteamericana que lanza ahora su oscura sombra alrededor del mundo, éstos debieran ser los temas más importantes que cada una de las personas en el mundo debiera estar discutiendo constantemente.
En cambio, tal como con los verdaderos motivos del gobierno norteamericano con respecto al sept/11 y las guerras ilegales en Afganistán e Irak, el pueblo norteamericano está atontado y condescendiente con la barrera continua de insultantes vaguedades de los hombres que se supone son nuestros líderes pero que en realidad son los hombres que están destruyendo una gran parte del mundo para el futuro de muchas generaciones.
Y éstos son sólo tres ejemplos sobre lo cual deberíamos hablar, pero sobre lo cual no estamos hablando. Mercurio en las medicinas, genes eunucos tipo Godzilla en semillas que garantizan la inanición masiva en algunos años más, en un futuro muy cercano, químicos letales en la ropa que usamos, tierras envenenadas, música vacía, pervertidos juegos de videos que les enseñan a nuestros niños a matar……
Escuche el debate nacional que se ve en sus caja electrónica de graznidos. Trivialidades inconsecuentes en su totalidad. Llevadas hasta usted por los mismos hombres que están haciendo todas estas otras cosas y ganando billones haciéndolas.
Los medios de comunicación nos mueven como en aquel tablero de juego infantil en dónde era fácil dibujar el diablo con un imán. Nosotros somos el aserrín de metal que será transformado en monstruos con un maligno diseño por medio del imán que son nuestros misántropos medios de comunicación de masa.
Inventamos juegos y permitimos que nuestro mundo sea destruido.


*John Kaminski es el autor de “El Enemigo” Perfecto, el “Informe de la Autopsia de Norteamérica”, y “El Día que murió Norteamérica: Por qué no debeía creer la historia oficial de lo que Pasó el 11 de septiembre del 2001″ Para más información vea http://www.johnkaminski.com

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