CONTRA LA LISTA CINICA
Asistir a la reciente Cumbre Internacional Antiterrorista convocada por el Club de Madrid me ha reforzado en una convicción que tengo desde antaño: cuanto más alto es el cargo de la persona que habla en público, más improbable es que diga algo original o interesante. A veces, un subsecretario aporta una perspectiva o una noticia dignas de atención, pero los grandes cancilleres sólo dicen obviedades... cuando no amables patrañas. Como en la reunión de Madrid abundaban los altos mandatarios o ex mandatarios, también hemos tenido que soportar mucha retórica más o menos bienintencionada pero sin duda prescindible. Mayor interés han tenido desde luego los trabajos de doscientos expertos que se reunieron en los meses previos al congreso y han acordado recomendar una serie de medidas para prevenir y combatir el terrorismo, reunidas en la titulada Agenda de Madrid que se comprometieron a cumplir los gobernantes presentes en el foro.
Por supuesto, se parte de la base de que los derechos humanos y las garantías democráticas deben ser respetados en la lucha antiterrorista. Decía Albert Camus que en política son los medios los que justifican el fin, y precisamente el terrorismo consiste en lo contrario: suponer que el objetivo a que se aspira legitima y hasta beatifica emplear medios criminales para conseguirlo. De modo que sería un primer triunfo terrorista que las democracias por él amenazadas adoptaran procedimientos similares a los suyos. Pero también es imprescindible aclarar que para mantener los derechos y garantías hay que evitar interpretaciones abusivas que desemboquen en su suicidio o voladura controlada desde el interior. Ya sabemos que no se debe sacrificar la libertad en nombre de la seguridad; sin embargo, todos aceptamos cuerdamente ciertas restricciones y controles, desde las huellas dactilares a los detectores de metales en los aeropuertos (desconocidos antes de que comenzaran los secuestros aéreos). ¿Por qué? Sencillamente, porque nada restringe más la libertad de una persona que sentirse seriamente amenazada de muerte. La búsqueda de seguridad puede justificar en ocasiones algún abuso, pero la inseguridad es siempre y de por sí el peor de los abusos.
Uno de los aspectos destacados en la Agenda de Madrid es prevenir las manifestaciones ideológicas (enfrentamientos étnicos, fanatismos religiosos, etcétera) que promueven o legitiman la violencia terrorista. Incluso se habla de la revisión de los libros de texto de los escolares en términos de su visión cultural y de tolerancia religiosa. Es decir, que la libertad de expresión o de creencias también debe someterse a cauces que priven a los violentos de la posibilidad democrática empleada por ellos contra la democracia misma de hacer propaganda o proselitismo. Sin duda es un campo en el que hay que moverse con mucha precaución pero recordando que .como en el juego de las siete y media.
casi tan malo es no llegar como pasarse. En el País Vasco hemos experimentado antes y ahora con suficiente urgencia dolorosa la necesidad de llevar a bien este debate.
Y así llegamos a las próximas elecciones del 17 de abril y a la aparición de la lista presentada por la plataforma ciudadana Aukera Guztiak, cuyo único y declarado objetivo es evitar que ciertas opciones políticas no puedan participar en los comicios por haber sido declaradas ilegales de acuerdo con la Ley de Partidos.
Vamos, que quieren ofrecer un salvavidas electoral a Batasuna en el caso intensamente verosímil de que se le prohíban sus listas propias. Según Aukera Guztiak, esta posibilidad pone en peligro el carácter democrático de las elecciones, ya que .todas las opciones de la sociedad vasca no van a tener cauce de representación. ¡Grave amenaza! La opción de quienes legitiman,
comprenden o excusan el terrorismo de ETA .en cuyas listas aparecen varias personas condenadas a penas de cárcel por haberlo practicado. no podrá gozar del mismo reconocimiento político que quienes lo han padecido o al menos lo denuncian. ¡Habráse visto injusticia más flagrante!
Promotor y portavoz de Aukera Guztiak, el benedictino Dionisio Amondarain califica la posibilidad de que las listas de esta plataforma sean ilegalizadas como una barbaridad. y una .burrada. Ellos son simples defensores de los derechos humanos, no pertenecen a ETA ni a Batasuna y sólo apoyan unos principios elementales, unas normas fundamentales y unos mínimos democráticos., entre los que no está la condena explícita de ETA porque para qué van a entrar en más detalles. No seré yo quien discuta con el padre Amondarain ni con ningún otro clérigo sobre barbaridades y burradas: por razones históricas, él debe conocer el tema mucho mejor que yo. En cambio, le puedo ofrecer una palabra para describir su actitud, la del resto de los promotores de Aukera Guztiak y la de los 18.000 firmantes que la respaldan: CINISMO. Porque hay que ser cínico para venir a dar lecciones sobre derechos humanos ahora, a favor de Batasuna, sin haber protestado ayer ni tampoco hoy contra el terrorismo etarra que viene impidiendo el normal ejercicio democrático a los no nacionalistas desde hace un cuarto de siglo.
FERNANDO SAVATER (FILOSOFO)
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